miércoles, 14 de julio de 2010

innombrable.

recurro a tus palabras de vez en cuando. a esas que guardo secretamente en algún rincón de mi memoria y por qué no, en un recóndito espacio de mi habitación; las mismas que aguardo pacientemente, broten alguna vez como manantial de tu radiante boca. las re-pienso y las re-leo, las re-siento y vuelvo a re-pensar, como si de una u otra forma adquirieran más sentido así, siendo re-digeridas por el trozo de corazón que estoicamente sigue latiendo en mi pecho. será que muy dentro tengo reservada una esperanza en tus palabras, frágil y dulce esperanza de encontrarte un día merodeando entre mis versos, saberte aquí como sublime inspiración.
recurro a ellas más que de vez en cuando y se me devela tu cuerpo para nada errático al dividir cada sílaba. se transforman las letras en diminutos y grandiosos fragmentos de tu propio ser, de tu misma esencia, de tu manera tan única de exponerte a la vida. vuelvo a recurrir incansablemente a ellas, para reconocerte entre tanto giro mundano que da esta vida, para reconocerte a ti, aún innombrable compañero, entre tanta idealización y fantasía: mortal y mío, trascendente y mío.