sábado, 15 de mayo de 2010

the break up.

libre al fin y atascada en mi dormitorio. el día sería perfecto con una larga caminata, un espresso bien conversado en algún café de esta ciudad o la siguiente. el día sería perfecto si pudiera gastar las pocas horas libres que acumulé estas tres semanas de locos, en ti. el día sería uf, más que perfecto. pero no cabe duda que el destino juega conmigo. tengo al amor de mi vida entre mis pensamientos y mis abrazos - hoy - imaginarios. sin embargo, no te tengo justo cuando más haces falta, en esta libertad encerrada a la que sólo le faltas tú.
siempre digo que me encanta estar sola, disfruto tanto los momentos en que puedo hablar (literalmente) conmigo misma. si tengo hambre, decirlo en voz alta y sólo para oír mi propia voz. para saber cómo se escucha, para reírme a carcajadas sabiendo que así me oigo. pero ahora tengo frío, y a pesar de lo mucho que pueda gritarlo y patalearlo, no estarás. tú, mi vida, no estarás para abrigarme con tus besos, con tu dulce respiración. y no puedo evitar preguntarme, ¿será que me he peleado con la soledad? quizás la he engañado tanto tiempo contigo, que se ha aburrido de esperarme en el banco de reemplazos. cansada y despechada, dejó de quererme. y yo, sin darme cuenta, dejé de quererla también. así, sin más, te quedaste con mis ganas de estar sola.

martes, 11 de mayo de 2010

oh no, es la gripe.

no me pescaba una de éstas hacía mucho tiempo, con dolor de brazos y piernas. tanto que te da lata pararte para ir al baño y te cuesta un mundo poner cada dedo en cada tecla para escribir. y mientras tecleo pienso y redacto en mi cabeza, lo tragicómico que es recordar gripes pasadas, en años pasados, en etapas pasadas. me acuerdo cuando ante cualquier mínimo estornudo, mi mamá me decía "quieres ir al colegio?" y yo sólo tomaba mi resolución basada en cuántas copuchas escucharía ese día, cuántas actividades entretenidas tendría o cuántas ganas tenía de ver al galán colegial de turno. hoy, en cambio, cuando desperté después de haber dormido tan mal que ni siquiera me pareció haber pegado pestaña, estuve diez minutos con las manos en la frente dividida entre si era más importante mi salud o un práctico de gine. OMG, a lo que he llegado.
y para hacer la historia aún más deprimente, se viene a mi cabeza cada mañana del matinal de Chile que pude ver gracias a mis so-called enfermedades. los concursos telefónicos, comentarios de farandulilla criolla, desfiles de "moda"... ay, qué tiempos aquellos. comiendo tostadas y tomando tecito con mi súper-mamá. esos días las tostadas sabían más sabrosas. y bueno, hoy, llevo despierta desde hace 3 horas y me he dedicado a estudiar toda la mañana. no quise comer tostadas porque la odinofagia es mayor a mi hambre voraz. triste, triste gripe, me pillaste mal parada. cuatro días antes de una prueba, con una ayudantía de metodología a cuestas y cómo no, con mi doctor personal en poli hasta las cinco de la tarde.

jueves, 6 de mayo de 2010

nuestro tiempo.

¿en qué se basará la necesidad imperiosa de los curiosos seres humanos que tendemos a preguntarnos mutuamente cuánto tiempo hemos estado en una relación? ¿será tan determinante en quienes somos - este binomio irrepetible - el tiempo que llevamos juntos?
llevo la cuenta de nuestro preciado tiempo, no por satisfacer el saber de los demás. llevo nuestra cuenta no regresiva, sino todo lo contrario, por la simple alegría que me provoca saber que cada día que paso, es un día más que vivo contigo. entonces pienso y digo qué importa, y de pronto la primera pregunta se hace irrelevante. me despierto de mi sueño de tantas ideas y re-pensamientos, para encontrarme en un lugar que reconozco al fin como propio: la paz de tus abrazos.
y te confieso que a veces por las noches, cuando ya nadie me ve ni me oye, imagino tus brazos sosteniéndome firme, dulces y tibios. te cuento al oído que también hay veces en que imagino tu boca tan mía, respirando su silencio cerca de mi frente. y bueno, cuando el tiempo me da y la espera por verte ha sido excesiva, imagino por un instante eterno que me miras mientras duermo, mientras todo lo que está de más se desvanece en el descanso, mientras el momento deja de ser del tiempo y de los curiosos, y ya no importa sin son dos o diez o veinte, y el momento se transforma en nuestro, solamente nuestro.