martes, 25 de noviembre de 2008

naufragio.

entonces cortó el teléfono y se preguntó en un murmullo por qué, por qué. eran sus cinco minutos de plenitud cierta y real, eran las buenas noches que mutuamente se deseaban... y quedó nada. por qué, pensó. y se le oprimía el pecho, como si en un segundo imperceptible la ironía hubiese plantado su furiosa pesadumbre sobre su esternón. sentía como si aquel le atravesara las entrañas, el corazón, las esperanzas. por qué, se dijo, ya sin miedo a que la escucharan los silenciosos. por qué, y sólo quería algo que lo hiciera presente.

no necesitaba más su etérea presencia, una idea de sus besos y un anhelo de conversaciones hasta el amanecer. no lo necesitaba y no lo quería. se consolaba sólo con un recuerdo tangilbe, una mano que estrechar. se aferró con dedos y lágrimas al objeto amado que yacía sobre su cama. inspiró entrecortadamente, porque se le iba la noche en ir y venir de profundos suspiros. inspiró y el aroma artificial de su piel se impregnó por completo en su humanidad. lo recordó, lo imaginó sonriéndole de frente, con la mirada derretida y los labios entregados. lo visualizó como hace tiempo no lo veía. lo proyectó como quería que volviese a ser: sin la mirada cansada, sin los tiempos encarcelados. se aferró al solo objeto que lo traía en cuerpo a su lado y lloró desconsoladamente. con ahogos, quejidos, con palabras ininteligibles a cualquier audiencia. pero ella sabía bien qué decía, por qué.

bastará el amor, se preguntó al final. bastará ser paciente amante y comprensiva compañera. bastará, y si no, por qué. le preguntó a Dios por qué, por qué el dolor podía ser tan inmenso si nacía de la felicidad. cómo puedo sentirme morir si con él tengo la vida. y las lágrimas mojaban su ropa de dormir, las sábanas y todo aquello que se atrevía a cruzar por delante de sus ojos. no podía consolar el llanto, no podía conciliar el sueño. lloró así hasta que se secó su frustración. por qué, dijo una última vez al aire tibio de primavera y, en contra de su voluntad infantil y las demandas de su razón, decidió no ser más la sobreviviente. escogió refugiarse en su mar de inseguridades y conflictos.

ser o no ser.

soy, me guste o no. y estoy, increíblemente estoy. aquí recostada sobre el sillón, presenciando tu ausencia rotunda e inconsolable. aquí estoy, esperando que pasen pronto los días, y que cuando pasen me arrebaten temores y olvidos que no son, que se lleven consigo las pocas certezas que quedan vigentes en mi vida sin ti.

te necesito, como siempre más que nunca, acomodado en cualquier lugar de mis pensamientos. acurrucado respirando sobre mis ojos, te necesito. pero sé que no puedes, no podemos, no debemos. se me ocurren un millón de razones por las cuales no te corresponde este lugar, junto a mí, en este momento. no aquí y no ahora, no estarás. en cambio yo estoy, me guste o no, encerrada en la soledad que provoca cada partida, cada discusión inerte que sostenemos estos días. días de recuerdo, de escasez de abrazo y ternura. y te necesito.

me cuesta y nos cuesta asumirnos en solitario, como si no conociéramos la rutina sin un tú cautivante, sin una yo desafiante. declaro que me cuesta ser sin ti, y cómo me gustaría obviar aquella sutil e irrefutable verdad. no quiero ser sin ti, pues no me queda mucho más en la vida que la esencia de tu piel. no me queda mucho más que el deseo de tenerte y que me tengas, como una sola sombra entre las cortinas cerradas, como la fusión de nuestras manos amigas-cómplices-amantes.

no soy sin ti, me guste o no.

jueves, 20 de noviembre de 2008

las frutillas.

son como los amores. sobre todo como esos amores de primavera y verano. aromas que encantan, sabores que deslumbran... por Dios, a quién no le gustan las frutillas (y los amores)?
el problema con esta fruta codiciada es que nos lleva a vivir los vicios de siempre: primero, nunca quedamos satisfechos. es cierto, no hay quien pueda decir "no quiero más", "que se lo/a coma otro/a" (ambos sentidos, ojo). no pues, la cosa no funciona así. siempre quremos más y más y no podemos parar hasta que se acaben. y eso nos lleva al segundo vicio, o tan bien llamado término.

se acaban las frutillas o el amor, se van con el verano. como si esas nubes a finales de febrero fueran la simple evaporación de tanta humedad veraniega y frutal, y luego los rayos de sol irreverentes de marzo nos trajeran la nostalgia dulce y paradojicamente amarga también. se van frutillas y amores de la misma forma en que llegaron, cuando menos los esperabas, cuando más los requerías.

pero qué disguto pensarás, qué delirio te diré. y pensarás y pensé en dejar de comer frutillas y añorar amores de verano, para así no envolvernos en tristeza, boca desaliñada ni penas del corazón. sentenciarás y sentencié olvidar frutillas por un tiempo, vivir el año académico como se debe, entre estudio y uno que otro amor escolar. argumentarás y argumenté que es mejor guardar el sabor afrutillado para épocas donde falte pasión y sobren ausencias, tiempos sin azúcar ni vicios nocturnos. justo en ese momento te digo, te darás cuenta cuántas frutillas (y amores) perdiste en el camino. quién sabe, quizás uno de ellos pudo ser el hasta que la muerte los separe. lo siento, es innegable mi tendencia romántica últimamente para escribir. será que encontré a mi frutilla veraniega, el amor escandaloso de mi vida, en una tarde de sol cualquiera, una noche con jugo de piña?

para ti, mi fresco amor de verano.

domingo, 16 de noviembre de 2008

promesas.

guardo tus dos promesas en el primer cajón
por si algún día - no quiera Dios ni las circunstancias -
tengo que recurrir a ellas
para que tú nuevamente
recurras también a ellas.

promesas como tesoro
de un día preciso como hoy
sin el deleite de tus movimientos
falto de fuerza voluntaria
decadente de amor propio.

promesas como recuerdo
constante de autoconvicción
te amo hasta cuando creo no amarte
y me obligo a amarte cuando sería más fácil no hacerlo.
promesas como tu nombre.

promesas de tomo y lomo
razones para seguir
y por qué no seguir me digo
si prometo y prometes
ser yo y quedarme
ser tú y quedarte.

te prometo, amor
que en el refugio vasto de tu espalda
dormiré por las noches
cantaré mis secretos.

si nos sobra noche recitaré en orden
tus denominaciones y calificaciones
pasearé por tus brazos silenciosos
dormidos, viviendo la paz.

si nos sobra noche recorreré tus esquinas
con la punta de mis dedos sigilosos
mártires en la ausencia
hasta hacer mío cada callejón
cada avenida principal.

si nos falta día
entonces miraré tu sonrisa
que aprendiste de mí y mis días.
si nos falta día buscaré en el cajón
encontraré tus promesas
y esperaré por ti.

martes, 11 de noviembre de 2008

simplemente.

probablemente esto sea lo más decidor que he escrito en la red. pero en vista y considerando que sólo tú y yo leeremos estas palabras, es que me arriesgo a decirlas sin que quieras esconderte bajo mi cama, o aún peor, lanzarte desde mi balcón.

eres tú, amor, la razón de las ideas, el futuro de las metas, la consolidación de mi inigualable capacidad de imaginarme allá tan lejos tomada de tu mano. eres tú y nadie más, el motivo de las escasas madrugadoras mañanas de fin de semana; tú, amor, el hombre que siempre busco y buscaré en cada sombra que se dibuje en las paredes. dejo cada noche mi cortina entreabierta, para ver si entre mis juegos de figuras y formas consigo plasmar la silueta de tus ojos, el olor de nuestras noches. simplemente porque eres tú y siempre serás tú.

cobra sentido - me digo absorta - ese cliché del amor de tu vida. y mi vida está directamente mirando tu semblante, en paz y en armonía, sólo para gritar al mundo ven aquí, encontré el significado. mírame tú también y dime si te percatas de cuán luminosos enamorados somos, soñadores e idealistas de nuestro mañana perfecto, de límites irreales. cobra sentido, el amor de mi vida: estancado en la puerta, queriendo quedarse y obligándose a partir. pero no más, eres ya el amor de mi vida, el tú presente que se queda porque quiere, quiero y merecemos que se quede.

voy a amarte por siempre, y si todos lo dicen no importa. quizás lo dije también alguna vez antes. sin embargo, te aseguro que nunca antes lo hice con los ojos llenos de lágrimas, no de tristeza sino de admiración. yace mi existencia en esta cama de tantas historias, un beso robado, llantos y un déjame, no quieres estar. pero quisimos y nos admiro, por valientes y persistentes, por demostrarmos a nosotros mismos de qué está hecho realmente el amor. y dé qué será te preguntas. pues de la propia vida, del deseo insaciable, de la pasión que perdura y hace perdurar.

para siempre tú, por la compleja razón que un discípulo ama indefnidamente al maestro. orgullo de sus pasos (los tuyos), hambre de su sabiduría (la tuya), anhelo de su aprobación. porque aún siendo este lío de mujer que soy, tú sigues creyendo que soy perfecta. porque encontré en ti, el hombre que yo quiero, y es más, el que necesito.

te amo, hasta el último de los días.
feliz primer año, cuarto mes y quinto día desde el día más precioso que he tenido.

lunes, 10 de noviembre de 2008

eterna travesía.

o más bien parece ser eterna. como si los días nunca acabaran en este estudio interminable, como si realmente llegara a creer que no exisitrá descanso. pero está ahí, a unas cuantas horas de hacerse parte de mi rutina de martes, listo para ser consumido ferozmente por unas horas de house md. y un par de dunkin' donuts.

contigo, claramente.

lunes, 3 de noviembre de 2008

regreso.

otra vez en el lugar de siempre
lejos quizás, más lejos
de lo que quisiera.

empiezo ya a buscarme
sin hallarme yo
tan al alcance de tus manos
como quisiera
tan a disposición de tus besos
como queremos.


te amo ignacio javier.
gracias por la compañía maravillosa.