¿en qué se basará la necesidad imperiosa de los curiosos seres humanos que tendemos a preguntarnos mutuamente cuánto tiempo hemos estado en una relación? ¿será tan determinante en quienes somos - este binomio irrepetible - el tiempo que llevamos juntos?
llevo la cuenta de nuestro preciado tiempo, no por satisfacer el saber de los demás. llevo nuestra cuenta no regresiva, sino todo lo contrario, por la simple alegría que me provoca saber que cada día que paso, es un día más que vivo contigo. entonces pienso y digo qué importa, y de pronto la primera pregunta se hace irrelevante. me despierto de mi sueño de tantas ideas y re-pensamientos, para encontrarme en un lugar que reconozco al fin como propio: la paz de tus abrazos.
y te confieso que a veces por las noches, cuando ya nadie me ve ni me oye, imagino tus brazos sosteniéndome firme, dulces y tibios. te cuento al oído que también hay veces en que imagino tu boca tan mía, respirando su silencio cerca de mi frente. y bueno, cuando el tiempo me da y la espera por verte ha sido excesiva, imagino por un instante eterno que me miras mientras duermo, mientras todo lo que está de más se desvanece en el descanso, mientras el momento deja de ser del tiempo y de los curiosos, y ya no importa sin son dos o diez o veinte, y el momento se transforma en nuestro, solamente nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario