sorpresas te da la vida. dicen por ahí los sabios contemporáneos que no hay algo más satisfactorio que obtener algo que no esperas. o que esperas, sí, pero con cierto dejo de esperanza gastada tantas veces. esperas sin esperar nada en realidad, esperas por inercia y sin pensar mucho, tratando de no ilusionarte. porque claro, para los demás puede ser banal, pero para ti... uf, para ti es todo.
y justo cuando sentías que el destino y el presente te daban las espalda, allí está, la oportunidad de salir adelante: la luz tan cliché que se vislumbra al final del túnel. tienes frente a tu nariz la posibilidad de empezar tu camino, el que sabes siempre supiste tan tuyo. se alejaba hace un tiempo, cierto, pero vuelve. y en gloria y majestad si me permiten decirlo. vuelve a cobrar sentido el levantarse en las mañanas, no para copuchar en los pasillos del hospital, para abrazar amigos ni para verlo a él. la vida está llena de esos pequeños detalles, no lo niego, pero no es el sentido.
te das cuenta por fin, que dios sí está detrás de todo y a tu lado. tan dispuesto como siempre a acompañarte durante la travesía que estás por comenzar.
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